DIFUSIÓN DE LA IMPRENTA
Desde su invención, la imprenta se convirtió en una
verdadera industria, extendida desde Maguncia a otras localidades alemanas y europeas. Al finalizar el siglo XV, había llegado hasta 250
ciudades.
El primer país en establecerse la imprenta después de
Alemania fue Italia,
concretamente en el monasterio
benedictino de Subiaco, cercano a Roma. Los introductores fueron los
alemanes Konrad Sweynheim y Arnold Pannartz, discípulos de Schöffer, quienes
crearon un tipo de letra llamada
romana, más fácil de grabar y
leer que la gótica. Venecia se
convirtió en el primer centro tipográfico de Italia, en el que Juan de Espira
montó la primera imprenta incunable (1469). Sin embargo, el impresor veneciano
más importante fue Aldo Manucio,
a quien se debe la publicación de casi 130 ediciones, en torno a 1500, de la
mayoría de autores clásicos griegos y latinos.
De todas ellas,
hay 27 príncipe o princeps, términos que se utilizan para
designar las primeras ediciones de libros antiguos. Italia llegó a tener 70
ciudades con imprenta y, de ellas, sólo Venecia produjo más de 4000 incunables.
Cronológicamente, el tercer país fue Francia (1470) por iniciativa de
algunos profesores de la Sorbona que
llamaron a tres impresores alemanes,
Freiburger, Gering y Krantz, para que instalaran un taller en la propia
universidad con el fin de elaborar textos necesarios para la docencia. En el
siglo XV, hubo 40 ciudades francesas con imprenta, aunque los tres centros
tipográficos fueron París, Lyon y Rouen.
En general, utilizaron los caracteres
góticos igual que en Alemania.

La imprenta en Gran
Bretaña tuvo escaso desarrollo en el XV. La primera imprenta estuvo en Westminster (1476), donde se
estableció WILLIAM CAXTON, un
comerciante de paños formado en el arte tipográfico en Colonia y Brujas.
En ESPAÑA,
la imprenta se introdujo con cierto retraso, debido quizás a la situación
periférica de la Península. Sus inicios son aún dudosos en cuanto a fechas e
impresores, aunque probablemente los primeros introductores de la misma fueran alemanes venidos de Italia.
Actualmente, se acepta como primera obra impresa el Sinodal de Águilafuente, incunable conservado en la catedral de Segovia y atribuido a JUAN PÁRIX DE HEIDELBERG. Este incunable no contiene colofón ni dato tipográfico que atestigüe su fecha, pero se supone realizado a finales de 1472, año del Sínodo celebrado en dicha localidad castellana.Durante el siglo XV, 26 ciudadesespañolas dispusieron de imprenta, de las que salió alrededor de un millar de ediciones. Destacaron algunas como Valencia, Barcelona, Zaragoza, Sevilla, Salamanca, Toledo, Valladolid, Burgos o Zamora.